Johan Falkman

Hace un par de meses, en mi primera visita a Quito, Jesús me enseñó un centro cultural junto a la catedral y el palacio presidencial. Es el Centro Cultural Metropolitano. El edificio es suficientemente interesante y mucho más el centro de Quito. Me llamó la atención la amplia muestra de un pintor hasta entonces desconocido para mí. Me hice una idea de un tipo por el que todo sueco-que-sea-algo-en-Suecia quiere ser pintado. Johan Falkman, la exposición, la mirada introspectiva.


En todo caso, lo que más me impresionó fueron los «canalillos» (con perdón), representados con una poesía propia de Vermeer o de Hockney. Nunca había visto tanta delicadez al pintar la madurez de la mujer.


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