Pasajes 123

Costes es el editorial que abre el número. Nada nuevo sobre el tema, pero es sano deprimirnos juntos. En todo caso estoy dispuesto a lo de 50 €/hora si encuentro quién me las pague. El artículo esta en el facebook de la revista: https://www.facebook.com/pasajesarquitectura

Muy interesante en el blog el trabajo de http://www.baptistedebombourg.com/http://www.baptistedebombourg.com/en/works/a%C3%A9rial-0

…y la diamond chair http://www.nendo.jp/en/works/detail.php?g=furniture&t=122 de http://www.nendo.jp/ 

El estilo de dibujo Ikea o de manual se impone ya en todos los ámbitos, parece que de este último impulso vamos ya a trabajar todos en 3d. No esta mal esta pasarelita de Rodrigo Pereira. Aunque no dejan de chocarme créditos de cálculo estructural en construcciones que antes hacíamos en el campamento infantil de verano. ¿Hemos perdido los arquitectos la visión de la geometría de las fuerzas?

Aquí tenéis un blog muy detallado del edificio en cuestión:
http://capilladeaire.wordpress.com/
Aunque también la publica muy bien Plataforma Arquitectura: http://www.plataformaarquitectura.cl/2012/01/24/capilla-de-aire-rodrigo-pereira/

Me tiene fascinado el Moses Bridge, aunque sea del año pasado. Un modo muy holandés de relacionarse con el agua. Es de http://www.ro-ad.org/04.htm que lo usan como portada de su güeb.

Las fotografías, más desviadas al rojo que las de la güeb, del trabajo de Saunders Architecture me han hecho recordar la visita a Hopper de hace dos semanas y desear un viaje a la costa este norteamericana ya. Es mucha huella energética entre el avión y el 4×4, pero apetece tanto…

La portada del número es un plaza con un mercado debajo en Teruel. Un trabajo brillante y muy bien contado de http://www.pkmn.es/ y http://www.mi5arquitectos.com/, dos oficinas con muy buena pinta en sus güebs.
http://www.plataformaarquitectura.cl/2012/06/26/teruel-zilla-mi5-arquitectos-pkmn-pacman/
http://www.pkmn.es/teruel/

Rivas

Viendo las fotos del proceso de obra y de los interiores y alguna de lo que llaman volcán ajardinado, tengo que confesar que, aceptando que no estoy libre de pecado en este tipo de proyectos, empiezo a tener miedo de lo que estamos haciendo con la ciudad tradicional. Os he confesado en otras ocasiones mi desconfianza y pena hacia las intervenciones de la Castellana y el Bulevar de Santa Bárbara en Madrid, hacia la del Boulevard donostiarra. Me sorprende que, con el cuidado que hemos puesto a lo largo del siglo XX en conservar nuestro patrimonio en forma de paramentos de edificio (e incluso, algunas veces, de edificios), el suelo de la ciudad no interviene en el juego. No hay suelos que sean patrimonio (que se lo pregunten a la acera de Barquillo junto al actual Instituto Cervantes). Cierto que es el suelo lo que desgastamos, lo que ha sido más manipulado para variar los distintos medios de transporte. Cierto que buena parte de las ciudades no se pavimentaron hasta hace un siglo o menos. Pero las intervenciones que estamos haciendo, amparados en nuestras capacidades técnicas de excavar y cubrir grandes luces, están cambiando la manera de entender espacios urbanos que estaban ahí y que forman parte de memorias y patrimonios personales y de comunidades enteras. No puedo evitar pensar en el museo de las colecciones reales, una obra que me atrae de modo poderoso, una obra que habría pagado por poder dirigir, pero que por otro lado atenta y hiere la roca de lo que fue la razón de ser de una ciudad. Me acuerdo del proyecto aquí en Vitoria de montar un aparcamiento, un teatro, un centro de ocio, excavando la roca de la almendra medieval… todas estas intervenciones, eso sí, sin tocar una iglesia, una catedral, una frente de fachadas protegidas, sin dejar de poner teja en las cubiertas. Se me asemeja demasiado a la radicalidad del Plan Voisin. Parece que la ciudad que hemos heredado no cumple con nuestras necesidades. Nos metemos en ella a vivir y, cual extraterrestres de Men in Black, tratamos de ocupar su cuerpo, pero destrozando su esqueleto y musculatura interior, desposenyéndola de memoria y contenido y dejando sólo una piel que acusa las deformaciones de un interior para el que no fue pensada.

Tenemos que empezar a ocupar la ciudad de un modo más tranquilo. Afortunadamente, la crisis, una vez más, nos va a salvar de culminar nuestro destrozo. Si no, acabaremos como parásitos, viviendo en ciudades con el skyline de hace un siglo, pero con una estructura interior falsa, ocultos en cavidades de proporciones colosales para no afectar a la piel de nuestra ciudad huésped. Como el artillero de La Guerra de los Mundos, soñaremos un mundo futuro en el subsuelo de ciudades con el aspecto de siempre, pero huecas por dentro.


Teruel-zilla / Mi5 Arquitectos + PKMN [pacman] (9) © Miguel de Guzmán

No se entienda esto como crítica al proyecto, sino como prevención frente al futuro. Quien no haya hecho arquitectura de su tiempo, que tire la primera piedra. Quien no haya hecho muros cortina de una sola hoja, centros comerciales, aislamientos de 4 cm, estructuras de grandes luces innecesarias, voladizos imposibles, que tire la primera piedra o que se lamente por no haber podido trabajar. Pero ahora vienen tiempos de pensar y pensando, me da la sensación de que toca ya otra cosa.

Otra cosa que podría ser, aunque en una lectura rápida parezcan primos hermanos, los de Amann, Cánovas y Maruri en Cartagena. No voy a hablar de cubierta complicada, porque en el cuaderno que tengo en la mesa hay dibujada una cosa mas tortuosa para un concurso que tengo entre manos. Pero esto que vemos aquí es un mueble y lo anterior demasiado inmueble. Las 3r y la energía arrojarán mucha luz en el futuro a la hora de decidir nuestro trabajo.

Ya lo vimos en una anterior Arquitectura Viva http://www.arquitecturaviva.com/Cms/Items/ItemDetail.aspx?ID=3401, aquí tenéis un buen reportaje:

Después de todas estas reflexiones, el reportaje sobre el concurso para las ruinas de San Esteban, viene al pelo para decidir hacia qué ciudad y qué arquitectura vamos. Pero eso lo miráis en la revista, que si no me van a decir que hago competencia cutre y desleal.

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