Facundo Cabral…

…se ha muerto y con él se ha muerto un poco más mi padre, aunque de eso hace ya dos años. A mi padre le gustaba Facundo. Mi padre no era de izquierdas, tampoco era de derechas. Le gustaban sus juegos de palabras, porque a él siempre le hubiera gustado saber hacerlos. Los intentaba y no le salían; creía que sí, pero su público (nosotros, bastante ingratos) no pensaba lo mismo. Los de Facundo le gustaban y a mí, niño entonces, también me parecieron buenos. Ahora a mí me pasa lo mismo y ahora a mí me gustan los juegos de palabras de Jorge Drexler y mi hija, a la que le gusta Drexler sin saberlo y cuando tenga mi edad lo sabrá, dirá lo mismo de su padre y de Drexler.
En casa había un disco con la portada verde y la cara de Facundo ocupando toda ella. Yo lo relacionaba con el otro barbudo de la discoteca familiar, Cafrune, con el que solo compartía la barba, la nacionalidad y, por entonces Facundo no lo sabía, una muerte violenta y no aclarada. A mí, Cafrune y, mucho menos, el niño que lo acompañaba (recuerdo su nombre pero afea este artículo dejar claro que lo recuerdo) nunca me gustaron mucho.
He buscado la portada de ese disco y no la he encontrado en la red. Quizá era una selección de éxitos de las que se hacían entonces y, probablemente era de Círculo de Lectores. Pongo esta como sustituto, que era un single un poco cursi también de él que mi tía tenía en casa:

Facundo Cabral era bueno o a mí me lo parecía y a mi padre se lo parecía seguro. Para los que no le conzocáis, queda aquí está página homenaje, que sabediós quién ha publicado:

http://www.facundocabral.info/index.php

Un día se fueron los dos (mi padre y mi madre, no mi padre y Facundo), a verlo a un polideportivo de Leganés. Volvieron aterrados, porque aunque Facundo lo hizo bien, el público coreó palabras entonces no habituales: libertad, amnistía, democracia… Se fueron antes de que acabase el concierto, porque ellos no eran de izquierdas, tampoco eran de derechas.

Les siguió gustando Facundo, creo, les acabaron gustando las palabras que en aquel concierto coreaba el público, en el que él debió de cantar tal que así:

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