Una ley para salvar la memoria industrial
Así titula El País de hoy una noticia, ilustrada con las cocheras del metro en Cuatro Caminos.
Y llegamos a lo de siempre. El destino que le espera a una fábrica que tenga cierto valor es convertirse en museo. No digo que no haya material todavía para unos pocos centros de interpretación. Pero sufro cuando veo una estación convertida en vivero de tortugas en lugar de recibiendo los convoyes de alta velocidad
…o una envasadora de leche esperando que alguna ocurrencia cultural la convierta en fábrica de ideas.
Se agradecen las buenas intenciones, pero las fábricas quieren seguir siendo fábricas, las estaciones, estaciones y las centrales térmicas y las minas tienen más futuro si las convertimos en algo productivo que si esperamos a que, durante los puentes y en agosto, unas cuantas familias las observen.
Rehabilitemos las fábricas para que sigan produciendo, eso es lo que a ellas les haría más ilusión.