El tranvía y el pie
Desde que se inauguró el tranvía en Vitoria, ya van años, me tiene inquieto un pequeño error de diseño que, sin embargo, no debe haber provocado los accidentes que yo preveía. Aun así, cada vez que lo veo, me imagino pies hechos fosfatina con las uñas arrancadas. Será que con el frío, aquí no andamos con chanclas: