La iglesia de Moneo

en Riberas de Loyola me ha gustado. El exterior puede parecer algo anodino y cuando vimos la construcción no despertaba interés, retícula de hormigón, bloque y enfoscado. Parecía que iba a ser un rollo, pero me equivoqué.

Le ha quedado americana:

Esta foto la hice desde el Jardín de la Memoria. Demasiado zen para el poco mantenimiento actual:

Eso sí, el párroco ya le ha colocado un hermoso por-la-otra-puerta, mal de nuestra arquitectura moderna. Sería un bonito tema de tesis, el estudio de la arquitectura moderna y los por-la-otra-puerta.

El mismo párroco se encarga de colocar hermosos letreros que revientan el edificio nada más entrar. Las catedrales góticas admiten mejor los ventiladores, altavoces, carteles de colorines, pero este edificio es demasiado minimalista y no admite ni unas flores de boda:

Cuando entro por-la-otra-puerta me encuentro en el mismo espacio al que habría accedido por la puerta principal… no lo entiendo.

Después una cancela de vidrio y….

¡sorpresa! un espacio de primera, yo diría que hasta emocionante. No sé si es que iba predispuesto en contra, pero me ha gustado don Rafael.

Por poner un pero, el excesivo diseño de las capilla anejas. el confesionario es para un sketch de Gila,

la capilla bautismal, un poco de secta. Parece un espacio para sacrificios humanos con la repetida luminaria cónica sobre la pila…

…y la capilla del Santísimo… propia de la cienciología.

En todo caso un sobresaliente en el espacio, notable en detallesm, que soporta muy bien los inevitables descuidos de obra.

El resto de las fotos que hice con el móvil están aquí:

https://picasaweb.google.com/112533451533305864858/RiberasDeLoyola20110730#

Al salir paseé por el anodino barrio de las Riberas de Loiola, buena proporción pero arquitectura aburrida, tuneada, eso sí, por aficionados de la Real, de alguna trainera o de ¡Ferrari! Buen urbanismo y poca arquitectura. Alguna vista demasiado Hilberseimer.

La salida hacia el río les ha quedado muy inglesa para una ciudad tan afrancesada, sobre todo desde la pasarela que lleva a Cristina Enea, el parque más valioso de la ciudad pese a los destrozos de los últimos años.

Desde allí me sorprende el estilo Mordor de los edificios de la Universidad de Deusto:

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